jueves, 30 de junio de 2011

CRITICA DE EVA MAGALLANES A DULCE GONZÁLEZ "UNA IDEA, MUCHO ARTE". MAYO, 2011.

Hace un tiempo que participo, siempre que puedo, en un blog llamado "Una idea mucho arte", que se basa en que se presenta un tema (sea imagen, texto, palabra)en base al cual todos realizamos y presentamos uno o varios trabajos.A través de ellos vemos la variedad de obras a las que hemos llegado partiendo de la misma idea, comentamos y compartimos opiniones sobre ellas y además cada mes Eva Magallanes, crítica de arte Chilena, licenciada en teoría, estética e historia del arte nos hace el regalo impagable de seleccionar una o dos de las obras presentadas y ofrecernos su lectura de las mismas. Este pasado mes de mayo ha sido mi obra una de las dos seleccionadas, la propuesta de trabajo era el poema de Julio Cortazar "los amantes".
Dejo el enlace al blog http://unaideamuchoarte.blogspot.com
Y por supuesto al blog de Eva Magallanes http://lacalarealidadyficcion.blogspot.com/



Dulce González Calero, bolígrafos de colores sobre papel verona, 32.5 x 46 cm

Me parece que uno de los aspectos importantes del poema es el antagonismo que Cortázar plantea entre los amantes y la ciudad, por una parte la ceguera para ver el amor que se desata en medio del trajín urbano y, por otra, esos ojos cósmicos como únicos testigos de la atracción carnal y espiritual de los cuerpos. Siento que, desde la interpretación de Dulce González Calero, es posible atisbar estos aspectos, conservándose así el nexo con las palabras que motivan su propuesta plástica. Podemos, por tanto, vislumbrar el ejercicio de interrelación y flujos de energía entre la imagen literaria y la imagen visual, en definitiva, el sentido de esta convocatoria.

Predomina absolutamente lo circular, salvo en el fondo construido con edificios esquemáticos y opuestos a lo curvo. Esos signos citadinos aparecen minimizados ante el foco de atención que en primer plano instala a los amantes como a la gran presencia que quiebra el orden enajenante del sistema. Esas pequeñas formas –la expresión de la ciudad -duras y desprovistas de la sinuosidad del amor- a pesar de la pequeñez de su representación, como en el poema, se alzan omnipotentes, precisamente en la discordancia y en la discordia que generan al interior de lo supremamente curvo. Entonces, se agigantan y acechan e impiden la total liberación del erotismo que llama a los amantes a la entrega.

¿Cómo rompe Dulce la supremacía de la ciudad sobre el amor de los amantes? Primero la desnudez a la intemperie, sin cuatro paredes que la cubran; después el rasgo sutilmente simbolista, ese pie que desaparece y se prolonga en el verde… color que lleva el ritmo cromático de la escena y acorde con el verso: la “pausa en la obra de la nada”- nos entrega el abrazo que más parece una pietá –compasión y fuerza contra el abandono y la soledad, lo cúlmine del amor- que un descarnado encuentro de las carnes. De este modo, se instala lo Sagrado. El impulso más primigenio de lo amatorio. Por ello, parece consecuente que la estética definitiva que se instala tenga de vitreaux y de iconografía religiosa.

Como en Cortázar, González Calero comunica ese Ser atrapado entre dos mundos: nudo del poema, bien reflejado en este dibujo coloreado que, a mi entender, entiende la esencia del poema.

Y la mirada universal acecha el acto prohibido que nos perpetúa, surreal, mitológica y en colores vivos que intentan escapar de la Tragedia.

Eva Magallanes

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